MUCHO CALOR

El pasado 9 de Agosto fué uno de los días más calurosos de la provincia en lo que llevamos de verano y el día que a Javi y a mí se nos ocurrió hacer jornada intensiva (mañana y tarde) en el humedal.
Definitivamente no estamos bien de la cabeza, pero a estas alturas esto no es nada bueno, menos mal que de las tres patas de este blog una de ellas todavía mantiene la cordura y a ella le quiero dedicar esta entrada.

Empecé la jornada a primera hora de la mañana en la zona del campo de fútbol, donde pude comprobar que la lagunilla quetantas alegrías nos ha dado esta primavera está casi seca.
Afortunadamente, el resto del complejo mantiene unas condiciones óptimas.
De allí me dirigí a la laguna libre para probar suerte con los paserines palustres ya que cuenta con condiciones óptimas para ello.
Pero una llamada de Javi alertándome de la presencia de un archibebe oscuro en la laguna 1 hizo que cambiara todos los planes y saliera pitando.

Para cuando quise llegar ya se había movido, alertado por un aguilucho lagunero al igual que el grupo de andarríos que le acompañaba.
La espera durante toda la mañana fue en vano y no lo volvimos a ver.
A pesar del sofocante calor había movimiento en el carrizo especialmente de carricerines comunes de los que vimos varios ejemplares.
Mientras barríamos las orillas con los teles vimos las 2 primeras agachadizas de la temporada así como 3 garzas reales (2 adultos y 1 joven) y 1 cormorán grande.

Nos ausentamos del observatorio lo justo para comer y de nuevo a la carga.
La temperatura superaba los 30 grados y el obsevatorio parecía un horno, pero, al poco de llegar se nos pasaron todos los males pues volvió el archibebe junto a un grupo de andarríos grandes (a última hora de la tarde se contaron 18 ej), varios chicos, 2 andarríos bastardos y 2 avefrías.
Esta vez, se dejó ver a placer.

La tarde fue buena para la observación de rapaces: alcotán, ratonero, aguililla calzada, milano negro y real pero, sobre todo, aguiluchos pues, en un corto espacio de tiempo, se posaron en una de las playitas un joven de lagunero, un macho de pálido y un pollo de cenizo.

Al ratillo apareció Jose María Ayuela.
Después de charlar con él sobre sus nada envidiables vacaciones en Noruega, decidí que ya era hora de marchar a casa dejándoles allí a los dos que aguantaron hasta el anochecer.
Toda pizca de locura tiene su recompensa y, esta, fue la de ellos. Preciosa foto

Carricero común (Javier Otal)

Definitivamente empieza la fiesta
Un abrazo
Diego